sábado, 28 de julio de 2012

La familia eras tu

Te habrás dado cuenta Knikis: todos por ningún lado y ellos sin quererme encontrar. Así es y tu no haces nada. Ahora sé que tu eras el líder, la visagra de las relaciones, el que las aceitaba y las hacía gratas. ¿Será que mi lugar es precisamente no estar en donde ellos están y estar con ellos sólo cuando ellos quieran o me necesiten? ¿Será que así era pero tu y yo compartíamos el mismo lugar y entonces no estaba sola? Ayúdame a entenderlo y a aceptarlo, carajo qué te cuesta si como dicen, velas por mi.

viernes, 22 de junio de 2012

El dolor de tu ausencia


Mi adorado Kaniquis. Pos bueno, muchos han dicho que sigues con nosotros, que velas y cuidas de nosotros... ¿Entonces amor mío?...¿Cuándo vas a hacer algo para que encuentra paz mi alma todo dolor por tu partida?... Mi alma vacia, mi vida vacia. Si me dicen que ahí están los hijos, los hermanos, los amigos....Si amor sí están, pero me falta mi otra mitad. Alguien nos dijo que ya no éramos dos sino uno y resulta que a fuerza de creerlo me convencí y tal cual, tu eras mi otra mitad.. ¿Y entonces?... qué de mi ahora mutilada y con el recuerdo de tus dolores, de tus penas, de tu último año tan tan inconmensurablemente duro, tan incomprensiblemente duro. Sólo tu mi vida supiste de la intensidad y profundida  de ese dolor, que me atrevo a comparar con el que ahora provoca en mi tu ausencia.

sábado, 16 de junio de 2012

Un nuevo nieto

Mi Kanín: Ayer, en la casa de los Pingüinos, María José y Pepón nos dieron la noticia de que seremos abuelos de nuevo. No sabes, no tienes una idea de lo que duele tu ausencia ante esta noticia.
¿Te acuerdas Knín de aquella tarde, cerca de las 7 de la noche, cuando María José se acostó en la cama, entre los dos y nos dio la noticia del embarazo de Miguelón?. Fue en los últimos días de febrero o en los primeros de marzoabril o en los primeros de mayo del 2010. 
. Entonces el gusto inmenso,la locura, los planes, las conjeturas, también los temores, pero sobre todo y ante todo el inmenso gusto que sólo tu y yo entendiamos de nuestro inminente abuelazgo tan anhelado, el orgullo de nuestra niña embarazada y próxima a convertirse en madre. Los planes de vida con el nieto. ¿Qué pasó cuando María José supo de tu enfermedad?.... Llorando te dijo que tenías el compromiso de llevar a Miguelito a Disney.
Sólo tu y yo sabemos la de horas de conversación que nos ocupó el embarazo de María José. No había día en que no se tocara el tema varias veces al día, no había día en el que no fueramos el uno del otro depositario de la inmensa emoción de nuestra inminente abuelez ¿Te acuerdas en qué circunstancias conocimos el sexo del bebé?.. cuando te ponían una sonda porque no podías hacer pipí..  Y luego la operación de la próstata.. y luego no poder ir a San Antonio a cumplir con el inmenso deseo de comprar todo lo que el niño necesitara en nuestra casa y fuera de ella. Y luego finalmente el deseo cumplido ir y regresar llenos de regalos para el nieto. Te vi trastornado en tiendas de bebés regalándote el gusto de comprar para tu nieto.
Sólo tu y yo sabemos la intensidad de lo vivido durante nuestro embarazo de abuelos... Así que ahora sólo tu comprenderías el tamaño de mi pena ante tu ausencia. Sólo tu podrías comprender por qué hay dolor ante el anuncio de la llegada de un próximo nieto. Un nueva e intensa manera de sentir el dolor de tu ausencia.
El gozo de mi nieto se daba contigo porque sólo tu y yo nos entendiámos en el significado de ser abuelos.

viernes, 20 de enero de 2012

No tengo idea

No tengo idea de las dimensiones de mi pérdida, no sé el tamaño que va a alcanzar mi  pena. No tengo idea de qué va a ocurrir cuando tu muerte pase a formar parte de la vida cotidiana. Tarde o temprano y estoy segura  que más temprano que tarde, nuestros hijos, tus hermanos, los mios, nuestros amigos y los mios, se acostumbrarán a tu ausencia, vivirán con tu dulce recuerdo y ya no detendrán sus ojos en mi. Para ellos, mi soledad también se hará cotidiana.
Hoy todos atienden a mis reacciones, me consideran, me acompañan, me cobijan, se duelen conmigo de mi pérdida que además es también su pérdida, inconmensurable para tus hijos y para tus hermanos, aunque no tenga las dimensiones y las implicaciones que tiene la mía. Pero lo sé por experiencia, ese sentimiento de duelo es más o menos efímero, pasa y con él pasa también la solidaridad que tengo hacia el otro. En el caso el otro soy yo.
Hasta hoy, 21 de enero, me han acompañado: mis hijos y yo, tus hermanos y yo, nuestros amigos y yo, mis amigos y yo... Esa compañía me ayuda y me conforta, fundamentalmente porque me permite hablar de ti, que eres por ahora mi único tema, mi único pensamiento hasta la obsesión.... ¿SERA TAMBIEN QUE ESA COMPAÑÍA ME PERMITE NO CONFRONTARME CON TU AUSENCIA COMO LO HAGO EN CUANTO ESTOY SOLA? .... es posible.
 Pero advierto que esa compañía se irá poco a poco agotando. Sé que los hijos se acostumbran a la ausencia de sus padres, los hermanos a la de sus hermanos, los amigos a la de sus amigos.. y que tarde o temprano quedan sólo recuerdos. Sé también que las parejas se acostumbran a la ausencia del otro y espero que así sea. Creo que acostumbrarse a esto lleva tiempo y sé que el mío de llegar, ahora lo dudo, tendrá que ser más pero más largo que el de tus hijos, tus hermanos y tus amigos, porque a diferencia de ellos, mi vida era la tuya. Porque durante 42 años dependí emocionalmente de ti, porque todos los días sabía que contaba contigo, porque te sabía en mi vida y me sabía en la tuya, porque me protegías, porque me amabas, porque me necesitabas, quizas no tanto como yo a ti; porque viviamos todo juntos e intensamente, porque nos entusiasmaba lo mismo, porque compartiamos los mismos amores, porque nos divertía lo mismo, porque nos reíamos de lo mismo, porque gozábamos intensamente largas largas pláticas y también largos silencios acompañados; porque nos angustiaba lo mismo, porque nos preocupaba lo mismo, porque teniámos muchos miedos en común, el último año más de los que nunca imaginamos o quizás sólo uno que valía por todos; porque gozábamos nuestra casa todos los días, porque nos encantaba nuestra casa, porque gozábamos cada viaje, los recuerdos de los viajes, la suerte que teniámos de haberlos podido hacer y  porque gozábamos planeando el próximo. Porque nos sentiámos orgullosos de lo mismo, porque nos podíamos sentar enfrente de esta computadora a ver mil veces las mismas fotos y a sorprendernos con las recién sacadas. Porque sabiámos lo que nos enojaba, porque éramos capaces de tolerarnos en las mil cosas de uno y otro que no nos gustaban y que nos caían en el hígado, porque nos perdonábamos con absoluta facilidad y sin rencores, porque nos acompañábamos siempre siempre

Hoy tendrías que estar aquí. Hoy te tendrías que haber ido a los toros. Hoy se fueron todos menos tu.

lunes, 16 de enero de 2012

Ubico mi pena en el tiempo,.

Ubico mi pena en el tiempo.
Entonces era nuestra pena, nuestra de los dos. Nooo, lo cierto es que eran dos penas, distintas y totalmente incomprensibles. Ni yo entendí el tamaño de tu sufrimiento al saber que tu vida, tu futuro, tus planes, tus proyectos, todo todo estaba en riesgo; ni tu el mío por tantas cosas, empezando por comprender que no entendía la dimensión de tu  dolor, hasta el llorar tu futura ausencia, que yo ubicaba, no sé bien a bien por qué, en cinco o seis años y me aterraba...
¿Qué habría pasado si entonces, el 19 de enero del 2011, hubiéramos sabido que sólo restaban 11 meses y 5 días más???? Seguramente habríamos enloquecido. La esperanza es el sustento del grado más o menos aceptable de cordura con la que uno vive, no cabe duda. No teniámos ni idea entonces de lo que se avecinaba y aún ahora no acabo de comprender la intensidad de lo vivido a tu lado, de tu intenso dolor y sufrimiento al que no le encuentro ningún sentido, pero que debe tenerlo. En eso quiero creer.
Ubiquemos cronológicamente lo ocurrido.
El viernes 14 de enero, en el Aranda de la Parra, por la tarde, te hacen la laparoscopía. Los dos aterrados temiendo ya lo que se avecina y Andrés ahí comenzando a compartir esa experiencia. Casi creo que entonces ni siquiera admitía la posibilidad de que algo le pasara a su papá.
Terminado el examen, el Dr., con mucho más tiento que la monstruosa tipa que te examinó aquí en Guanajuato, nos indicó que ciertamente había algo irregular en tu esófago, pero que lo visto no era suficiente para hacer pronósticos, que debíamos esperar al resultado que arrrojaran las biopsias. Hubo ratos en los que a esa opinión privisional me aferré pensando que si hubiera un tumor maligo ahí, no pasaría inadvertido para el ojo de un experto y que por tanto, se trataba de otra cosa.
Recuerdo y revivo esos días de espantosa incertidumbre en los que a ratos yo todavía conseguía disipar el miedo a la enfermedad, pero los más lo sufría aterrada. Había que esperar hasta el miércoles o el jueves.
El miércoles 19 de enero por la tarde. Tu fuiste al PRI y quedamos en que te comunicarías a León con el Dr. a ver si había noticias. Yo recuerdo que te pedí que lo hicieras desde la casa. Yo estaba en el sillón de la tele cuando te escuché llegar. Cuando abriste la puerta seguramente ya habías marcado el teléfono del Dr. o habías pedido hablar con él. Aquí todo se me borra, no sé qué dijiste, bajabas la escalera, no mencionaste la enfermedad, un tono de voz nuevo, desconocido para los dos, hablaste de "algunas células malignas".... A partir de entonces lloramos y lloramos y lloramos y lloramos. Tu ya paraste de llorar y hubieras querido poder llorar más, me lo dijiste muchas veces. Yo no sé cuando lo haré y el tamaño de tu pena, de tu dolor y de tu sufrimiento fue inconmensurablemente mayor que el mío. 
Nos abrazamos, nos estremecimos, yo maldije, tu no.. Llegó Andrés y vivió con nosotros, sin lugar a dudas, el hasta entonces día más triste de su jóven vida... el nuestro siii y con mucho, sin comparación con cualquier otro. Conocía entonces el significado de la tristeza y el dolor y sigo experimentando sus dimensiones.. No sé hasta dónde llegarán y las pienso inmitigables..

viernes, 13 de enero de 2012

Nooo puede ser

Me empeño en detenerte recopilando recuerdos. Quiero recordar tu mano, la sensación de tus manos sobre mi cuerpo.
Recuerdo la sensación de tu mano enferma cuando yo metía la mia a través de tus cobijas de tu cama de enfermo.
¿Qué pensabas Knín?.. ¿Qué sentías mi vida?.. ¿Por qué no me platicaste tu angustia?
La más grande y brutal ausencia de mi vida. ¿Cómo sin ti?
11 meses y 5 días a partir de que nos enteramos de la enfermedad. ¿Qué hubiera pasado si lo hubiéramos sabido?.. ¿Habría apreciado más tu necesaria presencia en mi vida?.... Seguro hubiéramos sufrido más, mucho más.
Nos mantuvo la esperanza. Pensar que vencías las enfermedad, que la mantenías a raya, que todo estaba bajo control. Sentir que pudiste “hacer planes”… Cómo te gustó tener esa sensación.
Y por algunos días, poquitos, muy poquitos, volvimos a vivir plenos de esperanza, a hacer planes, a alejar de nuestras conversaciones la enfermedad, aunque esto último realmente pocas veces. Yo creo que no hubo un solo día en el que no se hablara de lo que te estaba sucediendo, aunque nunca nos atrevimos a confesar nuestros temores... yo por lo menos no.
A vivir, dijo el Dr., “..ya hicieron todo lo que estaba a su alcance, todo lo que pudieron, la mejor medicina, la mejor atención, una magnifíca respuesta, váyanse a vivir..”. Y eso creímos…… Un viaje desordenado y escasamente planeado como todos los nuestros, Quiero ir al sur de Italia, a los lagos, que el italiano nos ayude a escoger una ruta. No, mejor a Praga, que Andrés no conoce. Va Andrés, qué maravilla, tu hijo retrato, tu hijo reflejo, tu hijo junto al cual piensas que vas a vivir los sucesos políticos del 2012, un enorme banquete que entonces no sabemos que te vas a perder. Tu hijo que ahora se siente desolado y que caminaba firme en ese terreno porque se sabía guiado por su padre, un viejo lobo de la política, un experto, un triunfador, un entendedor de todos los tejemanejes de la política mexicana, un apasionado….. un mil cosas, interminables, nada te define.
Mis remordimientos….. todos, ¿por qué no me quedé contigo hasta que conseguiste amanecer el 24?...... POR QUÉ NO TE ACOMPAÑE EN TU AGONIA…. ES QUE NO ME LO PERDONO. ¿EN QUE MOMENTO PERDISTE EL CONOCIMIENTO? ¿EN QUE MOMENTO TE DISTE CUENTA DE QUE ESTABAS SOLO EN UN LUGAR QUE NO RECONOCÍAS COMO TU CASA Y ANTE UNA PERSONA QUE NADA TENÍA QUE VER CONTIGO Y SÓLO SE OCUPABA DE TUS ÚLTIMAS E ÍNFIMAS NECESIDADES….? POR QU’É POR QUÉ POR QUÉ… YO EN LA QUE TUS ÚLTIMOS DÍAS IDENTIFICASTE COMO “TU CAMA”, Y NO COMO LA TUYA.
Pedro tu hermano, hoy que desayunamos juntos en el hotel, compartiendo nuestra pena, me dio un libro que alguien le dio a él. Encuentro este pasaje que describe perfectamente mi sentir.
"Desde que nos encontramos no nos habíamos separado ni por un momento.
Era un pacto sin palabras.
Nos deteníamos si el otro se detenía.
Acelerábamos si el otro apuraba el paso.
Tomábamos juntos el desvío si cualquiera de los dos decidía hacerlo...
Y ahora ha desaparecido.
De repente no está a la vista.
Me asomo infructuosamente observando el camino hacia ambos lados.
..Éramos como dos personas guiadas por un mnismo deseo, como dos individuos con un único intelecto, como dos sers habitando en un solo cuerpo.
Y de repente,
la soledad, 
el silencio
el desconcierto.
... ¿Y si hubiera decidido no seguir conmigo?
Después de un tiempo me doy cuenta de que por mucho que lo espere nunca volverá.
Así me siento, divido, perdido, destrozado".
Jorge Bucay, El Camino de las Lagrimas.