martes, 23 de junio de 2015

Cuatro meses y tres días después...

Hoy a los cuatro meses y tres días de que te fuiste todavía no conozco ni remotamente todos los motivos que tendré para echar de menos tu presencia y llorar tu ausencia durante el resto de mi vida.
Hoy en la tarde nadé. Cuando me estaba vistiendo recordé las tardes en las que lo haciamos juntos. ¡¡¡ Qué poquito gozaste tu alberca¡¡¡.
Recordé tu gozo, nuestro orgullo de ser dueños de una alberca... Los dos comentábamos que nunca hubiéramos pensando en llegar a tener una y ponderábamos lo rico del agua, lo delicioso de la temperatura, lo padre de la vista.Incluso en alguna ocasión pensaste en tirar el aguacate para ver La Bufa mientras nadabas y yo me opuse. No te preocupes si quieres ahora tiramos el aguacate y tiramos y hacemos  todo lo que quieras. Con qué orgullo hablábamos de nuestra casa, cómo nos gustaba. Hablábamos de "la huerta".  ¿Te acuerdas que deciámos que éramos como Slim?.. La gozamos poco tiempo pero intensamente.
Ahora que mi vida es llorar tu ausencia pienso que no te supe valorar en tu verdadera dimensión, que no supe apreciar el gozo de tenerte. Asumí que sería por siempre, que ahí estarías siempre a mi lado porque yo te merecía. Para comprender el significado que en mi vida tuvo tu presencia, fue necesario vivir tu ausencia. Y lo que me falta...
Mi casa vacía, mi familia separada, mi cama vacía, mis tardes vacías, mis noches vacías. Nadie con quien compartir el orgullo por mis hijos y por mi nieto. Nadie con quien compartir las penas y las preocupaciones por los hijos y por el nieto. Había una en particular por el nieto que tu conoces y que ahora te toca hacer algo por resolver.
Hoy recordé que cuando nos saliámos de nadar, a ti te gustaba bañarte allá abajo y yo me venía a la recámara. Cuando salí de bañarme tuve la sensación de que de un momento a otro éstarías entrando comentando satisfecho: Qué rica nadadita... y dejando un tiradero que provocaba mi regaño y la respuesta clásica: "Ahorita recojo"... Periódicos, chanclas, toallas, revistas y ropa tiradas.... evidencias de vida que ¿quien me lo iba a decir?, ahora echo de menos.. ¿Cuando fue la última tarde que nadamos que no me di cuenta? Se me fue de la cabeza como si hubiera sido el suceso más ordinario, incapaz de descubrir su significado. Te ibas a componer, te estabas componiendo, eras un triufador, la enfermedad no iba a poder contigo, la ibas a vencer, ibas a regresar a la política, íbamos a llevar a Miguelito a Disneylandia, teniámos pendiente ir a San Petesburgo, el crucero por el Báltico, las vacaciones en la Toscana, el fin de año en Vallarta.
Hoy también, en la mañana, Perfecto, el Dr. Perfecto, el descubridor de la bomba que tu cuerpo albergaba, me hizo dos exámenes, tu sabes cuáles. Por todo te recordé y reviví tu sufrimiento, aunque ya sé que su intensidad sólo tu la padeciste y que los demás ni siquiera tuvimos idea de sus dimensiones. Te pedí que me acompañaras, pensé en ti mientras iba cayendo dormida por la anestecia.
Knín, mi Knín del alma.. ¿aprenderé a vivir sin ti???
Sigo haciendo esfuerzos por recordar cada momento vivido junto a ti en el doloroso recorrido de tu enfermedad. Sigo sin comprender qué pasó. No comprendo muchas de mis reacciones y quiero recordar vívidamente las tuyas.... se me van borrando. Supongo que así será y quiero creer que en algún momento y en algún lugar nos tendremos que reencontrar y seremos entonces capaces de reconstruir y entender lo sucedido. Hoy por hoy mi niego a aceptar que soy tu viuda, soy y seguiré siendo tu esposa. Hasta ahora entiendo las dimensiones de la mitad que me falta.g

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